viernes, 8 de febrero de 2008

Por fin, Argentina…

Dejamos la urbe para comenzar a visitar una de los primeros puntos fuertes del viaje, Bariloche. Salimos del Aeroparque con una puntualidad asombrosa para tratarse de Aerolíneas Argentinas (desde hace mas de un mes venimos viendo retrasos, cancelaciones y revueltas de los clientes de esta aerolínea, cosa que me tenia bastante acojonado), y ya desde el avión después de dos horas de vuelo descubrimos el paisaje patagónico cercado por la cordillera de los Andes, enormes extensiones de matorral que me he inflado a ver por la tele pero que impresionan mucho mas en persona. Camino al hotel empezamos a ver un encanto diferente en la zona, y al llegar al centro y ver el primer lago la cosa cambia del todo, ahora si que estamos en Argentina, y es que Buenos Aires me guste o no solo es otra urbe mas, pero Bariloche no.

12 de la mañana, tras pasar por el hotel, dejamos las cosas y hacemos una pasada por la oficina de turismo… ¿Cómo aprovechar medio día cuando la mayoría de las excursiones llevan el día entero? Fácil, montándonos nuestra propia excursión en bus (bueno, aquí es el todopoderoso ómnibus) a la Colonia Suiza (un poblado hippie de la montaña), y una vez allí dejarme llevar por la Bea a algo que no me llamaba nada la atención pero finalmente estuvo entretenido… El CANOPY…

¿Y eso que es lo que es? Te cagas, primero te ponen arneses por la cintura un casco y un guante de cuero, y tras unas indicaciones bastante precarias para no amputarnos los dedos ni partirnos las tibias, te suben a una montaña, allí a un árbol, te enganchan a un cable de acero y te dedicas a hacer tirolina a lo bestia entre árbol y árbol en el bosque que rodea los lagos andinos. Resultado, sensación de haber hecho deporte, agujetas al día siguiente, y un agujero en el estomago ya que no pudimos comer porque duro mas de dos horas…

Y eso de no comer, en mi caso nunca queda impune, posponiéndose el encontronazo con la comida local (ternera, cordero, ciervo o trucha) a la cena… Y tras unas breves compras (si, otra vez encontramos ropa muy barata, que le voy a hacer), y una ducha, pasamos a la acción con nuestras amigas las vaquitas argentinas… Medio kilo de bife y una botella de vino después Argentina tenia un color diferente, ahora si que estoy de vacaciones…

No hay comentarios: