sábado, 1 de marzo de 2008

La coca me coloca…

8 de la mañana, y el autobús espera, entramos y el panorama es un tanto desolador, somos los únicos hispanohablantes del autocar… 3 japonesas, 2 griegas, 2 ingleses y 2 holandeses, como si fuese la ONU, todos bajo la atenta mirada de nuestro primer conductor boliviano…

Decir que el sur del Potosí es una región habitada exclusivamente por bolivianos con un grado de semejanza con Evo Morales asustante, y ya desde el paso por la frontera empezamos a flipar en colores… El amigo Morales ha creado una serie de particularidades para todos los visitantes norteamericanos… El paquete de medidas se podría llamar “Te jodes, amigo Yanki” e incluye el cobro de 100 $ por entrar, presentación de la cartilla internacional de vacunación en la que se demuestre estar vacunado contra la fiebre amarilla (vete tu a saber para que), presentación de una tarjeta de crédito o demostración de tener solvencia económica para salir del país (que norteamericano no desearía quedarse a vivir en el ojete del planeta), y demás medidas enfocadas únicamente a tocar los cojones de todos los norteamericanos que pretenden visitar este país…

Para el ciudadano medio español usease YO, entrar me supone únicamente tres dólares, God bless America…


El grupo se divide en dos Land Rover, en el que vamos 6 personas, y nos tocan en suerte la pareja holandesa y griega… Y por supuesto un conductor indígena, Carlos alias “Carlitos”, mas tarde conocido por “el Nublao”…



Con que nobleza porta la cornamenta...

El camino comienza de manera muy activa y bastante alegre, las primeras lagunas que vemos son increíbles por su colorido (laguna, Blanca, Verde y Colorada) y muestran claramente que a nivel natural Bolivia tiene mucho mas que ofrecer que San Pedro, y no es poco…

Reseñar que para esta bonita excursión es necesario ascender en repetidas ocasiones a más de 5000 metros, lo que te produce un continuo vaivén del mal de altura. Cuando Subes ya no sabes si es psicológico pero te ataca sin mas, pinchazos en la cabeza, perdida de apetito, malestar, mareo y cansancio sin haber realizado ningún esfuerzo.

Nuestra primera estancia es un albergue/refugio en medio del puto desierto a 4500 metros de altura, con las camas de piedra, y un disco de Enriquito Iglesias sonando sin parar, vamos, el entorno ideal para la puna (el mal de altura)…

El segundo día es algo mas cansado recorremos topotocientos kilómetros entre montañas viendo pequeñas lagunas de menor importancia que las del primer día, y comenzamos a hacer migas con los amigos de la ONU, de los cuales nos hemos hecho portavoces dado que apenas hablan castellano, y con los que practicamos nuestro españinglish vallecano…

El tiempo se nos pasa mientras hacemos altos para desayunar, comer, tomar nuetro mate de coca, y cenar… El guía/conductor/cocinero, Carlitos, es un hombre callado que no sabe nada de ingles, por lo que habla muuuuyyyy despacio, y termina las frases como el resto de sus compatriotas preguntando ¿si?, por ejemplo: Bueno amigos, vamos a ver la laguna colorada ¿si?... Como que “si”?? No eres tú el guía?? Tú sabrás…

Llegamos a las puertas del salar de Uyuni y dormimos en el hotel de Sal, un hotel supuestamente chachi, en el que por lo menos los colchones son de verdad, aunque el agua caliente solo este disponible en una habitación a la vez por lo que hacemos turnos para ducharnos antes de que terminen las tres horas de luz eléctrica que tiene el hotel… Te cagas… En la cena todo el mundo habla, y se ríe, y me dedico a explotar mi potencial en el idioma anglosajón inventándome la mitad de las palabras, pero vamos me hago entender… A la mitad entran unos niños disfrazados con ponchos y con una flauta a hacer un poco el ridículo y rasparnos algunos dólares…

Al día siguiente nos levantamos a las cinco de la mañana, todos estamos bastante excitados por la visita al salar, el autentico motivo de estos 4 días de viaje, pero algo va mal, tras una hora los conductores no han salido y empezamos a flipar…

Por fin sale el conductor del otro coche y los ingleses y las japos se marchan, el resto sube al coche y esperamos a Carlitos. Tras 20 minutos en el coche (flipando el doble) Bea, bajo los efectos del mate de coca se baja a solicitar información sobre lo que pasa y vuelve con una noticia que nos acojona… Carlitos ha perdido la llave y no podemos irnos… A esto que aparece el personaje, nos abre la puerta y nos dice que nos vayamos a dormir, que como esta nublado no vamos a ir a ver la salida del sol… Todos nos miramos entre nosotros y la holandesa, Arina, le pregunta en ingles por las llaves del coche… Carlitos, que al igual que el resto de Bolivianos no es un hombre muy astuto debía de pensar que a 6 europeos se les puede convencer de que no salimos a la excursión solo nosotros porque esta nublado… El caso es que baja el tono y dice a la holandesa que también es eso, que no están las llaves y que se las trae ahora… Pa matarlo…

El caso es que llega otro coche y por fin llegamos al salar y tal y como esperábamos es uno de los lugares mas espectaculares del mundo, e invertimos toda la mañana en recorrerlo, sacar fotos frikis y hacernos mas colegas del resto.




Japonesas, griegas, españolas... Todas para mi...


Llegamos a Uyuni e iniciamos el regreso a casa (en todos los sentidos) con otro nuevo conductor, Basilio, un tío muy majo pero bastante castigado por la vida…

El resto es historia, tras un día y medio de viaje de vuelta llegamos a San Pedro de Atacama.

1 comentario:

VM dijo...

Hola,
Como siempre, el Morales haciendo amigos... la entrada para los "tugas" también son 3 euros...???
La "puna" no sería por el mate de coca...???, (me imagino que habréis traído alguno que otro... no...???)
El "espanglish vallecano" es el más castizo... ¿Sí? jajaja...
Jó que foticos... ese Salar debe ser "Im Presionante"...
Una preguntilla, cuantas fotografias habéis hecho en total...???
Besitos...